miércoles, 28 de marzo de 2012

Yanhuitlán

Yanhuitlán (Oaxaca):



Yanhuitlán en nahua, o Yodzocahi en mixteco, significa "tierra nueva", "llano amplio", o "tapete de plumas". La conquista militar y española trajo consigo, grandes cambios en el modo de vida indígena. lo cual se vió reflejado, entre otros campos, en la arquitectura.


Las ordenes mendicantes encargadas de la evangelización de la Nueva España, fueron los responsables de la arquietctura religiosa, en el caso de la mixteca, podemos admirar el templo y el ex-covento de Santo Domingo, fundado entre 1550 y 1570. 
El templo está situado sobre una gran plataforma prehispánica con recios contrafuertes y fachadas de estilo barroco sobrio a principios del s.  XVII. En el interior se halla un auténtico museo por la cantidad de objetos que conserva como las bóvedas, la techumbre del coro con su artesanal tallado  en madero de cedro  del s. XVI, un altar mayo del s. XVII en estilo barroco salomónico, con esculturas del siglo XVI y trece pinturas de Andrés Concha.


La capilla del sagrario guarda una hermosísima pieza del siglo XVI tallada en ónix. Los pasillos del convento tienen bóvedas de lacerías. El templo y el ex-convento de  Santo Domingo Yanhuitlán (que en su momento fue el segundo más importante de la orden dominicana de la regiona oaxaqueña) constituye un ejemplo de la arquitectura novohispana del siglo XVI, y a pesar de que en el siglo XVIII se hicieron algunas modificaciones, aún conserva en su sitio las pinturas y esuclturas originales, entre las que destaca el retablo principal. 
También se preservan en su interior excelentes retablos barrocos y un órgano monumental recientemente restaurado. Para la edificación del templo y el convento, vinieron arqutectos de España, por lo que, arquitectonicamente, es el más importante de todos en Oaxaca. 
Es de estilo barroco, con 2 capillas de gran belleza: la del rosario y la de santo domingo. En el coro destaca el órgano tubular decorado con entrelazos y elementos vegetales dorados. 



La iglesia de Yanhuitlán es sin duda, una de las obras má notables  del arte religioso de la Colonia. Basta con admirar ese colosal cilindro de piedra, sin una sola ventana, que ciñe el ábside  en su exterior, y los formidables botareles que protegen la sagrada morada del peligro de los movimientos telúricos para imaginarse la estampa de algun castillo de la Rumania del siglo XIV; la edificación del este complejo templo tardó 25 años, y en ella trabajaron 6 mil indios, trayendo materias  de canteras que distan de 2 kilómetros  al noreste.




El interior del templo tiene un partido arquitectónico de una sola nave formada por cuatro cuerpos con arcos y farjones  de medio punto. Su cubierta es abovedada de terceletas. El presbiterio es de planta semicircular, el arco de la gloria de medio punto peraltado, su cubierta es una bóveda de cañon corrido encasetonado con puntajes en los nodos y al centro una estrella labrada en cantera. El arco de la antigua capilla abierta nos introduce al convento, el que consta de dos plantas: la baja alberga la sala de profundas, el reflectorio. la cocina y despensa. El corredor está cerrado por bóvedas de nervaduras y tiene nichos en sus esquinas. En el muro sur están los espacios que servían como confesionarios  que comunicaban directamente  a la iglesia.


En la planta alta se conservan las celdas, que al parecer su fabricación no se terminó hasta el siglo XVII. En el ángulo sureste, esta una escalera que conduce al claustro alto; en el descanso hay una pintura  de grandes dimensiones que representa a San Cristobal. En el claustro alto, las puertas de las celdas tienen en el cerramiento, claves con símbolos religiosos finamente tallados. La volumetría exterior se observa de tres niveles, debido a un subnivel con respecto al atrio del templo. Este patio hundido da acceso a lo que algunos escritores refieren como hospedería que daba techo a los viajeros, y que ahora encontramos en mal estado; aquí no existen elementos decorativos en el exterior, solamente se observa: el arco rebajado de la porteria, los vanos de puertas, las ventanas  rectangulares y los muros de piedra sin aplanados. Actualemente el ex-convento funciona como museo, a cargo del Instituto de Antropolgía e Historia.




  
  




   
 

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